Instalar aplicaciones en la Raspberry Pi desde el terminal de comandos (no tiene sentido poner interfaz gráfica a un equipo que no es de usuario final) es, como poco, engorroso. La solución al alcance de cualquiera de nosotros está en usar Docker con CasaOS. ¡Vamos a ello!
¿Qué es CasaOS?
CasaOS es un software centrado en los servicios de autoalojamiento y la gestión de contenedores basados en Docker.
Ostras, vale. ¿Y qué es Docker? Déjame que haga algo de historia. Malcolm McLean, en 1956, realizó su primer viaje comercial marítimo transportando mercancías con contenedores. Al fiera se le ocurrió que podía meter en un contenedor distintas mercancías, aislando así el contenido de cada contenedor, y todos ellos usando el mismo barco para transportarlos.
Bien, digamos ahora que las mercancías son aplicaciones y que el barco es tu sistema operativo (Linux, winbdows, macOS, …), pues Docker no es más que una plataforma que posibilita la creación, despliegue y uso de contenedores.
CasaOS busca facilitar al usuario la capacidad de inicializar y administrar contenedores Docker, es decir, que puedes relajarte y no tener que lidiar con la instalación de Docker y otros artilugios necesarios, haciendo accesible el uso de contenedores y facilitando mucho la creación de tus propios servicios alojados en tu propia infraestructura.
¿Hay alternativas a CasaOS?
Sí, personalmente prefiero Runtipi, pues tiene más servicios disponibles desde su «App Store», pero los requerimientos mínimos de instalación de Runtipi no los cumple mi Raspberry Pi, que es um moldeo 3B con tan solo 1GB de RAM, así que he optado por hacer este «tuto» con CasaOS que, en el fondo, cumple con el mismos propósito que Runtipi
También tienes el proyecto Umbrela que busca, como CasaOS y Runtipi, el mismo objetivo.
Instalación de CasaOS
Entramos por SSH en la Raspberry Pi y actualizamos su sistema operativo:
sudo apt update && apt upgrade
Instalamos CasaOS:
curl -fsSL https://get.casaos.io | sudo bash
Al acabar, en el terminal, aparecerá la URL a la que te debes conectar para gestionar CasaOS desde la interfaz de usuario que te proporciona. En mi caso, desde el navegador escribo http://192.168.0.105
y se solicita que crees una cuenta de usuario. Lo haces y «chimpún». Accedes a la pantalla principal del sistema operativo:
A partir de ahí, ya es cosa de empezar a instalar contenedores Docker de la forma más fácil que hayas visto nunca, vía su «App Store», que es ese icono de fondo azul con 4 puntos blancos.
Vamos a instalarnos algún contenedor, por ejemplo, MySpeed, para medir la velocidad de tu Internet.
Con el buscador localizamos la aplicación y pinchamos en el botón «Instalar».
Después de un buen rato, porque la Raspberry Pi no me da para más, ya tienes instalada la aplicación (justo al lado del icono de la aplicación «Files».
Allí donde no llega la AppStore
Sí, verás que la cantidad disponible de aplicaciones que hay en la «AppStore» no es descomunal. Si hay alguna que necesitas y no está ahí, siempre puedes instalarla tu sin necesidad de tener que lanzar comandos de Docker ni hacer archivos de Docker Compose.
Pincha en «Instalación personalizada», en la AppStore, y ve rellenando el formulario que aparece. Evidentemente deberás conocer algunas cosillas sobre el funcionamiento de Docker, cosillas que «esconde» el tipo de instalación paquetizada que te ofrece CasaOS, pero es más sencillo que crear tus propios archivos de Docker Compose.
En caso de necesidad, ya sabes, si tienes una Raspberry Pi más moderna que la mía o algún PC con Linux, siempre puedes poner Runtipi.
Conclusión
Una de las formas más sencillas de instalar y desinstalar aplicaciones sin acabar teniendo tu sistema operativo hecho un cirio, es mediante Docker, y CasaOS te ofrece la posibilidad de usarlo sin que seas consciente de ello.
A partir de ahí, sacarle provecho a tu Raspberry Pi (o NUC) es justamente ir poniendo o quitand contenedores que te den las utilidades que requieres en casa, pues el mundo de los contendores cubre casi todo lo imaginable.