Seguramente eres usuario de servicios de nube privada de almacenamiento sincronizado como Dropbox.
Trabajar en la nube ha sido toda una revolución y, una vez te has acostumbrado, es difícil retroceder, pero estos servicios pueden cerrar de un día para otro o cambiar las condiciones del servicio a su antojo.
Al usar cuentas gratuitas, el espacio de almacenamiento es tan exiguo que acabas coleccionando nubes, dejas de saber dónde tienes qué, tienes lo justo para guardar escasos documentos y olvídate de almacenar archivos multimedia, con lo que acabas pagando.
Con el NAS dispongo de una nube privada sincronizada, a bajo costo, para cada usuario, con versionado y replicación en todos los dispositivos desde los que trabajo.
El "antes"
Todos mis documentos residían, principalmente, en Google Drive, si bien era usuario de otros servicios como Dropbox, Hubic, Amazon Drive o OneDrive. Sí, yo era de esos que se complican la vida por no pagar por estos servicios.
Con tanta nube, nunca sabía dónde carajo había puesto un documento (¿en Dropbox, en el OneDrive de empresa, …?).
Para tener mis documentos accesibles en todo momento y en cualquier dispositivo necesitaba instalar y configurar, en el ordenador y la tableta, los clientes de sincronización de cada servicio.
A la hora de guardar un documento desde el iPad en una nube -opción compartir-, eran muchos los servicios propuestos como destino; en el ordenador tenía que "acertar" con carpeta correcta para que se sincronizase con el servicio adecuado.
Afortunadamente, buscar un documento era fácil con todas las nubes sincronizadas, gracias a la búsqueda del sistema operativo, pero un follón si la carpeta o documento estaba excluido de la sincronización.
Mi principal preocupación residía en la "confianza" a depositar en cada servicio, porque nada es gratis (pagas con tus datos, tu privacidad) y, dependiendo de la legislación, en unos servicios tienes unas garantías y en otros… quién sabe si tus documentos acaban en manos de alguna agencia gubernamental.
Hubo que lidiar con la drástica reducción de capacidad de almacenamiento en Amazon y Microsoft en sus planes gratuitos, o la desaparición de Megaupload. Me forzó a trasladar muchos archivos a discos locales.
El "después"
Mis documentos están bajo mi control en cuanto al acceso por parte de terceros, todos residiendo en un único lugar, con un solo cliente de sincronización y sin preocupaciones sobre desapariciones o cambios de criterio de planes gratuitos.
El coste por capacidad de almacenamiento es más que aceptable:
- Dropbox tiene un coste de 120€ anuales por 2 TB (plan más económico tras el gratuito de 2GB). Esos 120€ es lo que cuesta un disco para NAS de 4TB (doble espacio, mismo precio).
- La energía que consume el NAS encarece el coste, pero es ridículo: 15,08W x 24h = 0,36kWh sin entrar en modo hibernación, que son 0,054€ diarios, es decir, no llega a 20€ anuales.
Ahora me tengo que preocupar, eso sí, de la seguridad del sistema, pero las opciones que los NAS presentan a tal efecto son muchas, potentes y simples de usar.
Así, se ha postulado el NAS como nube privada sincronizada única de almacenamiento.
Si te interesa el tema del almacenamiento en el NAS, puedes leer este otro artículo.
Espero que haber suscitado tu interés disponer de un NAS como nube privada sincronizada
¡Nos leemos en el siguiente episodio!