En nuestro hogar conectado, el principal elemento de nuestra electrónica de red es el router y, por tanto, deberemos entender algunos aspectos fundamentales de la configuración del router para que, una vez ubicado correctamente, éste satisfaga nuestras dos premisas fundamentales:
- Maximización del alcance
- Maximización de la velocidad de transferencia
Debemos primar una de estas 2 variables, es decir, debemos pensar qué es más importante para nosotros, la velocidad o el alcance, de forma que tratemos de maximizar todo lo posible aquella menos importante bajo el condicionante de que hemos optado por priorizar la otra. ¿Vemos qué es eso de la configuración del router?
Ajuste del tipo de WiFi
El estándar IEEE 802.11 es el que da cabida a las normas de funcionamiento de una red inalámbrica. Dicho estándar contempla distintos protocolos, entre ellos, el 802.11n y el 802.11ac. Hay más, pero los más extendidos en redes domésticas ahora mismo son estos. Éste es el primer elemento de configuración del router a tener en cuenta.
Una WiFI ac permite velocidades de transferencia más altas respecto de una WiFi n (1,3Gbps frente a los 600Mbps teóricos), pero la señal puede que no alcance las zonas más alejadas de la casa, especialmente si debe atravesar paredes.
Fíjate en lo que ocurre cuando estoy en la planta superior de mi casa -segunda imagen-, con el router ubicado en la planta inferior, con respecto a cuando me haya junto a él -primera imagen-. Claramente la WiFi ac (DarkWiFi_Sala-5G) presenta una atenuación mayor que la WiFi n (DarkWiFi_Sala-2.4G). El valor se mide en dBm:
Ahora veamos qué velocidad pueden alcanzar las WiFi en ambos casos; las 2 primeras imágenes se corresponden a medidas tomadas en la planta superior, y las 2 últimas se corresponden a las tomadas junto al router. Claramente el descenso de velocidad en la planta superior es mucho más marcado en el caso de la WiFi ac que en la WiFi n.
Por tanto, la primera decisión que debes tomar es el estándar que vas a adoptar y con el que configurarás tu router. Lógicamente lo mejor sería optar por un WiFi ac, que te dará una mayor velocidad, pero si con él no logras alcanzar zonas en las que requieres conectividad, deberás sacrificar velocidad en favor del alcance con una WiFi n.
La buena noticia que es probable que tu router permita emitir señal con ambos protocolos -en 2 SSID distintas-. Si ese es el caso, matas dos pájaros de un tiro, aunque si el consumo de WiFi lo haces en un punto alejado del router, de nada te servirá activar un segundo SSID con WiFi ac.
En caso de que con una WiFi n no alcances puntos a los que necesitas llegar, puedes configurar el router para que trabaje con una WiFi b. Este tipo de WiFi te da una tasa de tan solo 11Mbps, pero si tienes un ADSL de sólo 10Mbps, para salir a Internet es más que suficiente.
Ajuste del canal
Las frecuencias en las que se emite una señal WiFi están divididas en canales, que vienen a ser las carreteras por donde circulan los datos. En Europa la frecuencia de los 2.4GHz está dividida en 13 canales, con una amplitud de 5MHz; la frecuencia de los 5GHz está dividida en 19 canales, con una amplitud de 20MHz. Este es el segundo elemento de configuración del router.
Dado que una señal con interferencias se va a ver mermada, perderemos alcance y velocidad, por lo que debemos asegurarnos de que transmitimos por un canal poco ocupado, es decir, que circulamos por una carretera lo más despejada posible.
Para ello, necesitamos analizar el tráfico que hay en la carretera por la que circulamos y, si hay mucho, tomar otra carretera menos congestionada. Este análisis conviene llevarlo a cabo varios días para conocer el entorno radioeléctrico en el que vuestro router tiene que convivir; no os conforméis con una sola medición.
Existen distintas herramientas para detectar qué canales están opcuados y por quién (el SSID de la WiFi que lo ocupa), como WiFi Analyzer.
En esta imagen podemos ver 3 redes WiFi, una transmitiendo en el canal 11 y 2 transmitiendo (y entorpeciéndose entre ellas) en el canal 1.
Entonces, busco un canal desocupado y le digo a mi router que use ese canal, ¿no?. Pues no, no es tan sencillo.
Si bien, por ejemplo, en la banda de los 2.4GHz los canales van del 1 al 13, en realidad no hay 13 canales distintos de emisión, pues los canales se pisan entre ellos, dado que al emitir por un canal se necesita un ancho de 22MHz (20MHz para transmitir y 2MHZ adicionales para prevenir interferencias entre canales) y, s¡n embargo, hemos dicho que el ancho de cada canal es de 5MHz. Por tanto, al emitir por un canal en realidad estamos usando ese canal y 4 más (el número de canal del dispositivo corresponde a la frecuencia central)
Así pues, los canales donde no se pisarían los unos con los otros son el 1, 6, y 11. ¿Sólo 3 canales limpios
? Pues sí, y eso implica que sólo puede haber 3 señales WiFi emitiendo simultáneamente para que no se pisen entre ellas.
Si no encontramos un canal limpio
, usaremos uno de ocupado, uno de un punto de acceso lo más lejano posible a nuestra posición (con menor potencia de emisión).
Por tanto, es primordial conocer el nivel de saturación del espectro radioeléctrico para optar por el mejor canal de emisión.
Si nos conectamos a la interfaz de configuración de nuestro router encontraremos un apartado llamado Wireless Channel en el que podemos seleccionar el canal de emisión de nuestra red. Existe un modo automático para que sea el router el que detecte qué canal es el menos congestionado y actúe en consecuencia, pero muchas veces la elección que hace el router no es la más adecuada, con lo que es mejor determinar manualmente el canal según el análisis de canales efectuado.
El mismo razonamiento es aplicable si optamos por emitir en la banda de los 5GHz
Ajuste del ancho de banda
Para conseguir velocidades más altas de transferencia se puede usar un ancho de canal mayor, pasando, por ejemplo, en una WiFi n, de los 20Mhz a los 40 Mhz; con ello estamos determinando que el tamaño del “cauce” disponible para transferir datos sea mayor, pero eso implica que necesitamos el doble de espectro radioeléctrico (2 canales simultáneos), con lo que la posibilidad de interferir con otros dispositivos es mucho mayor. Ya tenemos el tercer elemento de configuración del router.
Como que somos curiosos y ya nos manejamos por dentro de la configuración del router, hemos descubierto que existe el modo ‘auto’ de selección de canal. ¡Vaya, pero si tiene piloto automático! En modo ‘AUTO 20/40MHz’ el router funcionará a 40Mhz, y tendremos una velocidad de hasta 300Mbps, pero si hay canales vecinos y entorpecemos con ellos, pasará a trabajar a 20MHz para tener buen rollito
con los vecinos en el uso del espectro radioeléctrico. Ergo, en modo ‘auto’y con muchas redes WiFi cercanas, es muy probable que te quedes en los 150Mbps.
Como antes, es necesario analizar el entorno en el que convive tu WiFi para decidir, aunque puedes dejar que el router tome ese decisión por ti de forma automática, decidiendo él si operar al doble del cauce o no.
En resumen…
En el punto en que nos encontramos tras este artículo de la serie Un Hogar Conectado hemos dispuesto el router en la mejor ubicación posible y lo hemos configurado para tener el mejor aprovechamiento posible en base al conocimiento de nuestro entorno.
Hemos hablado sólo del router, y sólo de cómo utilizar este elemento principal, pero existen algunos otros elementos que pueden formar parte de toda la electrónica de red en nuestra casa. De ellos, y de cómo utilizarlos en nuestro beneficio, hablaremos en siguientes artículos.
La serie completa de “Creando un hogar conectado”
- Introducción
- Un router para todos
- Ubicación del router
- Configuración del router (este artículo)
- Electrónica de red acorde a los contenidos
- Extensión de la red
- Cuellos de botella
- Caso práctico
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