La aparición del modelo de inteligencia artificial, proveniente de China, bautizado como DeepSeek, sacudió el panorama tecnológico y, por ende, los mercados bursátiles, provocando una caída nunca antes vista, en un solo día, en los índices de EEUU como el NASDAQ o el SP500, principalmente motivado por el anuncio de que este nuevo modelo era mucho más eficiente que cualquier otro en el consumo de, entre otros, recursos energéticos y de hardware de procesamiento, donde es el fabricante norteamericano, NVIDIA, quien copa el mercado.
Lo está claro, tras el paso del tiempo y de la recuperación de índices, es que el mundo de la IA cambia a diario; de hecho, cada 2,5 días aparece un nuevo modelo fundacional.
El auge explosivo y la accesibilidad pública comenzaron en 2022, impulsado por lanzamientos como ChatGPT. Desde entonces, el crecimeinto anual de nuevos modelos ha sido brutal: el 2023 un incremento del 116% respecto del 2022; el 2024 de un 101% respecto del 2023; en lo que llevamos de 2025 han aparecido unos 225 modelos nuevos, lo que es una tasa de un -25% respecto de 2024.
Estamos inmersos en una loca carrera, siendo imposible apostar por un modelo con garantías de que ése va a ser el modelo con el que “casarnos”. Lo de DeepSeek fue un fogonazo más.