Llevo toda una vida profesional acumulando conocimiento. Mi capacidad de retención es limitada, y necesito apoyarme en dos piezas en mi gestión del conocimiento: biblioteca documental y notas personales (en texto plano).
Cuando necesito investigar algún tema busco contenidos, los proceso mientras tomo mis propias notas, las relaciono si procede y así formulo nuevas ideas o conclusiones.
Este proceso resulta en una cantidad importante de notas que necesito tener disponibles en en caualquiera de mis dispositivos y en cualquier circunstancia.
Debo dar la razón al dicho “sabe más el diablo por viejo que por diablo”. No deja de sorprenderme ver cómo algunos “diablillos” no tan entrados en arrugas como yo, siguen dándole vueltas al problema de la gestión de notas. Prueban nuevas aplicaciones, cambian su sistema de una app a otra y no llegan a asentar su sistema.
A esos diablillos les sorprende que mi consejo sea que tomen notas de texto plano. Me miran como si les hablase de los anales de la informática, como si en un mundo donde el almacenamiento es algo invisible e intangible, que está en un lugar llamado nube, les dijesen que tienen que usar diquetes de 5’’ y 1/4.
El texto plano puedes abrirlo desde cualquier sistema operativo y aplicación: el Bloc de notas de Windows, Word, Sublime Text, Atom, LibreOffice, DEVONthink, Typora, TextEdit de MacOS, Geany de Linux, Vim, …
Ahora es cuando me dices que tú necesitas usar negrita, itálica, crear tablas, incorprar imágenes, enlazar unas notas con otras… vale… pues usa Markdown. Con Markdown no sólo seguirás usando texto plano, que permitirá que disfrutes de tus notas dentro de 1000 años, sino que tendrás todas esas facultades.
¿Por qué te cuento todo esto? Este fin de semana he escuchado un podcast en que aconsejaban una aplicación, otra de tantas de las que ya han aconsejado, maravillosa y divina de la muerte, para tomar notas, que descabalga a cualquier otra de las que ya habían aconsejado y, encima, con características básicas que requieren de pago.
Usa Markdown y déjate de discutir sobre el sexo de los ángeles. Añádele un mecanismo de sincornización o de acceso (la nube de tu NAS, Dropbox, GIT, WebDAV, FTP, …). A partir de ahí tú decides con qué aplicación usar tus notas.
¿Qué uso yo?
- Obsidian en Windows y Linux
- DEVONthink en MacOS e iOS
- A veces Atom, Typora o, incluso, el bloc de notas de Windows…
Escoge la app que más te guste y, con algunas como Obsidian o Atom, puedes añadir plugins para ampliar las posibilidades en el manejo de ese texto, como exportar a pdf, generar notas siguiendo el método Zettelkasten, … y todo gratis. ¿no es genial?
Lo dicho, sabe más el diablo por viejo que por diablo. Deja de darle vueltas al problema de las aplicaciones para gestionar notas y usa el método KISS (Keep It Simple, Stupid).
¡Larga vida al texto plano!