La Raspberry Pi es un pequeño y básico ordenador de bajo coste, consumo y rendimiento. Poco más grande que una tarjeta de crédito, fue concebida inicialmente para enseñar informática y electrónica en las aulas.
Este pequeñín se ha postulado en casa como una navaja suiza para realizar infinidad de tareas ligeras y como complemento o sustituto de otros dispositivos.
Escucharás o leerás que puede usarse para muy distintas cosas como:
- Mini PC de escritorio
- Media Center
- Máquina de juegos retro arcade
- Almacenamiento en red
- Servidor Web
- VPN
- Gestor de contraseñas
- etc
Mis primeros usos fueron para iniciarme en el mundo de electrónica (ya sabes, encender leds y esas cosas). Se pasaba meses en un cajón (por falta de tiempo por mi parte). Me decidí tratar de aprovecharla un poco más… ahora está en funcionamiento 24×7 😱
En mi caso su uso es como elemento para desplegar servicios de red, seguridad, monitorización y comunicación IoT (domótica). Se trata de servicios que requieren escasa capacidad de cómputo.
Como la navaja suiza que es, con ella trato de suplir carencias, complementar o mejorar los servicios que me prestan en casa algunos dispositivos. Por poner un ejemplo, el router de la operadora es un truño. Algunos de sus servicios los he transferido a la Pi.
En próximos artículos analizaremos algunas de estas posibilidades que nos brinda la Raspberry Pi. Su bajo coste, escaso consumo, y el hecho de usar como sistema operativo Linux (con infinidad de software no comercial), la convierten en una herramienta multiusos realmente versatil y asequible.
No trataré el proceso de instalación del sistema operativo ni del arranque de la Raspberry Pi. Puedes consultar cómo hacerlo en este artículo.
Espero que esta nueva serie de artículos susciten tu interés, puedas hacer tuyas algunas de las ideas que te propondré y que nos leamos en breve.